El documental Miles Davis: Birth of the Cool (2019), dirigido por Stanley Nelson, es un deleite visual, histórico y auditivo que ayuda a comprender el legado y la influencia de este trompetista genio del jazz.
El artista, siempre innovador, se describe perfectamente en los primeros instantes de la película con estas líneas:
“La música siempre ha sido como una maldición conmigo. Siempre me he sentido motivado a tocarla. Es lo primero que tuve en mi vida. Me voy a dormir pensando en ella y despierto pensando en ella. Siempre está ahí. Viene antes que todo.”
Y es que como pocos, Miles Davis fue un comprometido con la profesión, un virtuoso compositor a favor del cambio que supo sacarle jugo al talento de los artistas que lo acompañaron en vida, y que aprovechó, inteligentemente, los diferentes estilos musicales (bebop, rock, funk, etc.) para mantenerse a la vanguardia de una industria que evoluciona y no perdona.
La cinta, recién añadida al catálogo de Netflix, dura 1 hora 55 minutos y hace un recorrido biográfico desde su nacimiento en Alton, Illinois, en 1926, hasta su fallecimiento a los 65 años en un hospital de Santa Mónica en el condado de Los Ángeles en 1991.
Artistas, productores, escritores y gente cercana son las voces que dan vida a la narración del documental, con declaraciones puntuales del propio Miles Davis que complementan auditivamente la experiencia.
Estamos hablando de verdaderos íconos de la música como Gil Evans, Quincy Jones, Wayne Shorter, Carlos Santana, Herbie Hancock, Marcus Miller, Jimmy Cobb, René Urtreger y Mike Stern, por nombrar algunos. Además, aparecen personas importantes en su vida sentimental como la bailarina y ex esposa Frances Taylor.
El material de archivo en fotos y videos es una belleza, y da cuenta de la personalidad complicada y egocéntrica de Miles Davis, incorporando sus distintas facetas como símbolo de la música, la cultura, el entretenimiento y la moda.
Se habla de su vida nocturna en Nueva York con Charlie Parker, su amor por Europa, principalmente por la ciudad de Paris, su relación con Julliette Gréco y con los intelectuales Pablo Picasso, Jean-Paul Sartre y el cineasta francés Louis Malle, con quien trabajó para hacer el soundtrack de la película Ascensor para el cadalso de 1957.
Miles Davis predicó con el ejemplo de hacer avanzar la música llevándola a lugares donde nunca ha estado, y eso se puede escuchar en la evolución de su discografía pasando por los clásicos Birth of the Cool (1957), Kind of Blue (1959), Bitches Brew (1970) y Tutu (1986).
El documental también aborda el tema de sus enfermedades y las drogas, su adicción a la heroína, la cocaína, al alcohol y a las pastillas que lo acompañaron constantemente en sus procesos creativos, sin dejar de lado el asunto que lo agobió incansablemente: el racismo en Estados Unidos.
Miles Davis: Birth of the Cool ofrece una mirada comprensiva del ser humano y el artista, va más allá de sus éxitos y logros irrefutables, y trata de descubrir desde diferentes ángulos el por qué de la personalidad de un inigualable trompetista.