En pasados días, la banda neoyorquina puso a la venta su nuevo material de nombre Marauder. Los integrantes de Interpol declararon que este nuevo álbum no está inspirado en otra cosa sino en sí mismos como banda, y que sus temas serían fundamentalmente “el romance, tal vez el arrepentimiento, la responsabilidad”. Este carácter tan personal bien puede ser consecuencia de la inclusión de temas compuestos por el propio Paul Banks, quien expresa el sentir de la banda en este momento, sin preocuparse de las comparaciones que se suelen hacer de su música más reciente con su álbum de 2002, Turn On The Bright Lights.
La portada de Marauder es interesante: en ella, vemos a un hombre compungido, sentado frente a un pequeño escritorio que estaría vacío de no ser por los micrófonos que apuntan a su dirección. Se trata del procurador fiscal Elliot Richardson, que en 1973 renunciaba a su puesto tras negarse a cumplir las órdenes de Nixon de arrestar a quien investigaba el polémico caso Watergate. El ambiente que una situación así desencadenaría, de vulnerabilidad y a la vez de cierto poder, está muy bien reflejado en la esencia del disco.
Bajo la producción de Dave Fridmann (MGMT, The Flaming Lips), Marauder nos guía a través de ritmos llenos de energía, pero oscuros al mismo tiempo. Con riffs agudos en las guitarras y una voz poética atormentada, canciones como If You Really Love Nothing, Complications y Mountain Child nos muestran de qué trata esta nueva etapa de Interpol: sinceridad y sobrecogimiento.