El documental Los Speedcubers de Netflix es un viaje ilustrativo por los valores que existen detrás de las competencias internacionales del rompecabezas mecánico tridimensional más famoso del mundo: el cubo de Rubik.
Creado en 1974 por el arquitecto húngaro Ernő Rubik, este cubo se ha convertido en la fascinación de millones de personas que diariamente lo practican. Torneos locales en diferentes modalidades, incluyendo registros por internet y campeonatos mundiales, suceden alrededor de este objeto que para muchos es un simple juguete.
Pero el cubo de Rubik es mucho más que eso. Sí, es un juguete, pero también es un rompecabezas y un problema matemático. Es un objeto bellamente diseñado que ayuda a fomentar el pensamiento lógico en las personas. Al igual que el ajedrez, jugarlo tiene grandes beneficios para el desarrollo de la mente humana.
Aquellos que han perfeccionado su técnica para resolverlo en el menor tiempo posible son conocidos como “speedcubers”, nombre que da título al documental y quienes son los verdaderos profesionales de este juego. Se estima que los mejores “speedcubers” aprenden hasta 300 algoritmos en incontables horas de práctica.
El documental Los Speedcubers se centra en la vida de los jóvenes campeones mundiales Feliks Zemdegs (Australia) y Max Park (Estados Unidos), considerados por la Asociación Mundial del Cubo dos de los mejores resolviendo el cubo de Rubik en la modalidad 3×3. Para bien, se trata de una historia que va más allá de la rivalidad y el deseo de victoria de cada uno de ellos, es una lección de vida sobre la sana competencia y la superación personal, pero además, es un ejemplo de la admirable amistad entre dos personas.
Feliks Zemdegs tiene 24 años y a los 13 obtuvo fama internacional por su rapidez en resolver el cubo. Desde entonces se hizo de un nombre en el medio al ganar diversas competencias y establecer records mundiales.
Feliks es el ídolo de Max Park (18 años), quien fue diagnosticado con autismo desde pequeño, y que gracias al cubo de Rubik encontró un sentido y otro camino para explorar el mundo. En 2017 Max comenzó a romper las marcas de Feliks en diferentes campeonatos y a partir de ahí se detonó esta increíble historia.
La película me tomó por sorpresa. Pensé que se trataba de un documental con datos duros e información sobre el cubo de Rubik y, para mi fortuna, me llevé eso y más, al conocer la estimulante vida de dos profesionales contemporáneos.
Me recordó a las competencias de futbol de mi infancia y a los valores que están presentes en el deporte y que significan tanto cuando uno es niño. El esfuerzo, la disciplina, la salud, el compañerismo, el éxito, el respeto y la amistad, por mencionar algunos, son elementos que hacen de Los Speedcubers una película inspiradora.