por Montserrat Pérez Bonfil
Si eres de los míos y echas de menos Gravity Falls, tienes que ver la nueva serie animada original de Netflix, Hilda (Reino Unido, Canadá, EU, 2018).
Basada en la serie de novelas gráficas Hildafolk de Luke Pearson, la serie sigue las aventuras de una valiente niña de pelo azul que ha vivido siempre en una cabaña en medio de la naturaleza junto con su madre.
A lo largo de la primera temporada, Hilda se encontrará con todo tipo de seres fantásticos: trolls, elfos, gigantes, vitra, pájaros de trueno, espíritus de los elementos y demonios de pesadilla, pero la pequeña es una aventurera y aunque estos encuentros a veces puedan resultar traumáticos, ella les hace frente anteponiendo su instinto y su valentía a su miedo.
La historia inicia con Hilda y su madre teniendo que mudarse a la ciudad de Trolberg debido a un desafortunado incidente que involucra a dos gigantes enamorados y una aldea de diminutos elfos enfurecidos.
A pesar de que Hilda ama la soledad de su cabaña así como la variedad de seres extraños que habitan a los alrededores, el cambio es inminente y la pequeña tendrá que adaptarse a la ruidosa ciudad; y no tardará mucho en darse cuenta de que algunos niños no son para nada buena gente, pero eso cambiará en cuanto se inscriba a los Gorriones Scout y conozca a David y Frida.
Así, poco a poco, Hilda, siempre acompañada por su zorro-venado, Twig, y su amigo elfo, Alfur, aprende lo que es el compañerismo, tener amigos, ayudar al prójimo y enfrentarse con la autoridad. Y nada de esto es fácil para Hilda, pero la niña siempre termina por hacer lo correcto sin necesidad de emitir juicios de valor sobre los demás.
Cada capítulo es breve y muy disfrutable, además de estar lleno de criaturas fantásticas y entrañables anécdotas, así que sólo puedo decir que 13 capítulos no son suficientes: quiero más.
https://www.youtube.com/watch?v=xxGWVzcjV_w