La serie mexicana de Amazon Prime Video De brutas, nada es una comedia irregular e insípida que se vende como un statement liberador pero que termina siendo una especie de Friends a la mexicana, mezclada con la corrección política de nuestros tiempos.
La historia estelarizada por Tessa Ia y Christian Vázquez — basada en la serie colombiana Los hombres las prefieren brutas—, gira en torno a la triste historia de Cristina, una publirrelacionista emprendedora que es traicionada y humillada por su prometido poco antes del día de su boda.
Con el alma desecha, Cristina deberá lidiar con las responsabilidades de su negocio mientras trata de mantenerse a flote. De entrada, una de las cosas que debe solucionar es la renta del espacio donde vive: un lujoso departamento en la colonia Roma de la Ciudad de México en donde vivía con su prometido. Y es que por ahora su negocio no le da para pagar tanto.
Así pues, Cristina deberá buscar un roomate y es ahí en donde aparece Alejandro Montes (Vázquez), un escritor que se ha quedado sin trabajo y sin un espacio en donde vivir.
El susodicho pide trabajo a una ex pareja Esther (Marimar Vega) que es la editora de una revista femenina; ella lo odio tanto que lo pone a hacer reseñas de productos para mujeres, lo cuales Alejandro tiene que probar. Lo interesante es que esto pone a Alejandro en contacto con su lado femenino y lo volverá más sensible. Dicha situación nos recuerda a la cinta estelarizada por Mel Gibson, Lo que llevas quieren.
Para redondear la idea anterior, Alejandro se hará pasar por gay para poder compartir el departamento con Cristina. ¿Por qué? Porque ella se siente muy herida como para tener cerca a un hombre heterosexual que la esté incomodando.
Total que Alejandro se queda con el lugar de Roomie y entre ambos comienza a surgir una relación profunda que todos ya sabemos cómo terminará.
Cristina está rodeada de un grupo de amigos que funcionan como su grupo de apoyo: Su hermana Graciela (Diana Bovio), una ama de casa que parece estar feliz y empoderada con su rol; su compañera de trabajo Hannah (Carolina Ramírez), una chica colombiana liberal, y su amigo gay y también compañero de trabajo, Rodrigo (José Pablo Minor). Del lado de Alejandro sólo tenemos a su fiel amigo Miguel (Oswaldo Zárate). Otro personaje relevante es Guillermo (Julián Román), el marido de Graciela.
De entrada, el título de la historia, De brutas, nada, resulta irrelevante ya que conceptualmente no tiene mucho que ver: la historia no gira en torno a la perspicacia o inteligencia de los personajes femeninos cada vez que quieren ser engañadas por algún hombre.
De hecho el único personaje masculino que le toma el pelo a Cristina es su ex. Y si bien Alejandro no está siendo honesta con ella, el enredo entre ambos tiene cierto grado de inocencia, de tal manera que deja abierta la puerta entre ambos para un romance. De ahí en fuera no vemos a un grupo de hombres desean encontrar mujeres brutas. Es decir, los conflictos de los personajes van por otro lado. Y en ese sentido se siente más como una grupo de treintañeros de clase media alta tratando de lidiar con su vida.
Tessa Ia y Christian Vázquez tienen una buena química en pantalla pero hay algo deslactosado en su desempeño con respecto al papel protagónico que ejercen, es decir, su performance no tiene la fuerza para sostener un protagónico.
La serie resulta divertida por momentos pero en general carece de buenos diálogos y una dirección adecuada; de pronto tiene movimiento de cámara que no portan mucho a la comedia, sino que parece que están hechos para subsanar las fallas de guion.
Las situaciones en las que se enredan los personajes resultan un poco artificiales, por decir lo menos, y en ese sentido tenemos que dejar pasar muchas cosas para poder seguir inmersos en la trama; así pues la relación entre los personajes resulta muy superficial, por ejemplo, casi no vemos la dinámica de Cristina con los hijos de su hermana, que se supone son muy unidas.
Ante la falta de sustento, los diálogos parecen responder a ocurrencias de los personajes que a un conflicto dramático o a algún punch line cómico bien establecido.
De brutas, nada es una serie que con sus nueve episodios no alcanza una calificación aprobatoria.