La mini serie de televisión se produjo en 1990 y está dividida en dos partes: En la primera nos presenta la historia de un grupo de niños que tuvieron que enfrentar a un terrible monstruo en forma de payaso que azotó el pequeño pueblo donde vivían (Derry; un monstruo que se alimenta del miedo de los niños.
La segunda parte gira en torno a los mismos personajes, ahora adultos quienes deben regresar a su pueblo natal y enfrentarse de nuevo al payaso, conocido como Pennywise, quien está asesinando niños de nuevo.
La historia comienza con el asesinato de una niña, justo en el jardín de su casa, a manos de un sujeto vestido de payaso, ya luego nos enteraremos que es un monstruo que caza niños para deborar su carne y su miedo.
Cuando la policía y la ambulancia llegan al lugar, conocemos a Mike Hanlon (Tim Red), un bibliotecario preocupado el asesinato de la niña y de otros casos que han ocurrido. Acto seguido, vemos que encuentra una foto de un niño llamado Georgie Denbrough, y lo escuchamos decir: El asesino ha vuelto.
Así pues, nos vamos al pasado y conocemos la historia de la muerte de Georgie; la clásica escena que vemos en varios memes donde el niño se encuentra a Eso en dentro de la alcantarilla. Conocemos a su hermano Bill, con quien tiene una relación ambigua: Bill lo quiere pero como que evita mostar sus sentimientos. Bill le da un barco de papel a su hermano menor y lo deja salir a jugar en la lluvia con el barquito.
Georgie pone el barquito sobre la corriente de agua que corre calle abajo y persigue su barco hasta que éste se mete a una alcantarilla. Es ahí donde se encuentra con el payaso Pennywise (Tim Curry), quien le arranca el brazo, matando a Georgie. Bill se sentirá culpable por mucho tiempo.
Pero resulta que Eso o Pennywise ha estado atormentando a varios niños de la escuela de Bill, entre ellos a seis niños más (todos ellos un grupo de inadaptados): Un nerd gordito llamado Ben, un judío llamado Stanley; un chico asmático que vive con una madre posesiva y que todo el tiempo le dice que está enfermo, que responde al nombre de Eddie; Richie, un muchachito con vis cómica; Beverly, una niña que vive con su padre, quien por cierto abusa de ella y por último, el afroamericano Mike Hanlon.
Todos han estado siendo perseguidos por Pennywise, quien se divierte “jugando” con ellos, para que dejarlos listos, llenos de miedo, hasta que pueda atraparlos. Los niños, no sólo deben preocuparse por el payaso en cuestión, también deben lidiar con un grupo de abusadores liderados por el psicópata Henry Bowers. Los niños deberán unirse para destruir a sus verdugos.
La primera parte de la cinta es genial: Pennywise es la encarnación de todos los miedos infantiles, es el peligro que acecha a los niños en cada rincón, a manera de un cuento de los hermanos Grimm; es el peligo que deben evitar para seguir su camino y convertirse en adultos. Hasta cierto punto, es una especie de rito de iniciación salvaje al que los adultos no pueden acceder para protegerlos, aunque a veces pareciera, como el papá de Bev y de Eddie, que los mismos adultos son igual de terroríficos que Pennywise.
La actución de los niños es fabulosa, y su cruzada nos recuerda un poco a una aventura como la de los Goonies; sin embargo, los adultos que interpretan a estos personajes son bastante malos, con excepción de Annette O’Toole, quien interpreta a una Bev adulta.
Tim Curry es estupendo en su papel: una payaso jodón, con mucho humor negro y sumamente maligno. Es adorable y escalofriante a la vez.
Cuando vemos a la versión adulta de la pandilla de perdedores —como se hacen llamar—, descubrimos que se han podido alejar del pasado tormentoso de Derry pero que sus heridas no han sanado del todo. Así que cuando Hanlon los llama para que regesen al pueblo de su infancia para detener a Eso, pues está atacando de nuevo, sus temores infantiles regresan.
La segunda parte no es tan terrorífica, insisto, en parte por las malas actuaciones y en parte también porque encontramos algunas situaciones que hacen perder verosimilitud a la historia. Por ejemplo, la reaparición del psicópata Henry Bowers, que prácticamente sale de la nada a amenazar al grupo de amigos, o la reacción de Bev con respecto a Ben y a Bill: ella casi casi se los fajonea al verlos. En el libro podría entenderse porque entre Bev y los muchachos existe una historia sexual, pero esta adaptación no hay indicios de eso.
O bien, la forma arañesca de Eso (su verdadera naturaleza) en el encuentro final; un monstruo que parece salido de una película del santo, una transformación que parece sacada de la manga.
Al final, Eso trata sobre el amor incondicional y la fuerza amistad, como armas para derrotar el miedo y casi cualquier peligro. Pero todo queda claro en la primera parte, y es ahí donde transcurre todo lo que vale la pena. Aun así, la cinta es recordada y perdura en su conjunto.
1 comment
Aún así moriré de miedo!!!
Son de esas películas que sin importar lo mal actuado que estén terminas viéndolas por el brinco que te hacen pegar