por Jerónimo Arellano Zandi
Un amigo abominable (Estados Unidos, 2019), dirigida por Jill Cutton, no es la mejor película de animación en 3D del año, pero hay mucho en ella que será disfrutable para los pequeños.
Producida por Pearl Studio, antes conocido como DreamWorks Oriental, el filme narra la historia de Yi (Chloe Bennet), una joven que ignora a su madre y a su abuela para trabajar durante las vacaciones porque quiere viajar a China para visitar los sitios que su difunto padre le había prometido visitar. La chica no ha hecho las paces con la muerte de su padre, un exitoso violinista que dejó un vacío en la familia.
Una noche, Yi se topa con un Yeti (Joseph Izzo), que ha escapado de un laboratorio y ha encontrado refugio en la azotea del edificio donde radica Yi. Yi se percata de que el Yeti está siendo perseguido por un comando que desea capturarlo para poder presentarlo ante la humanidad.
El Yeti, al cual apodan Everest, es cariñoso, infantil y tiene un poder que le permite influir sobre elementos de la naturaleza; como hacer crecer las plantas o generar relámpagos.
El comando, pagado por un millonario obsesionado con la bestia, rastrea a Everest. Yi, junto con sus amigos Jin y Pen hacen todo lo posible por devolver al Yeti a los Himalaya.
Los poderes de Everest y la astucia de los jóvenes les ayudarán a escapar mientras hacen un recorrido por China hasta llegar a los confines del país.
La película trata con temas como la pérdida, el ambientalismo y la amistad, donde el enfoque ambiental muestra la obsesión de los seres humanos por mostrar nuevas especies como trofeos aunque se destruya su hábitat o muera la criatura.
Jill Cutton, la directora, es una animadora veterana (Amigos salvajes) y la primera mujer del mundo en dirigir un blockbuster en 3D. En Un amigo bominable, nos trae una animación bien realizada, con movimientos fluidos y muy veloces. Los fondos, que van desde la gran metrópolis de Shanghái hasta el interior de China, son magníficos y, gracias a eso, el espectador es transportado a los ríos que vemos en las postales del país oriental o a los picos de sus montañas cubiertas de neblina.