por Hugo Juárez
[av_dropcap1]E[/av_dropcap1]n plena fiebre mundialista, Japón nos vuelve a demostrar por qué es uno de los reyes de la cultura pop, y de los chavorrucos, al traer de vuelta la nunca bien ponderada leyenda de Los Súper Campeones, mejor conocida entre los “otaku” (aficionados al manga y animé) y público conocedor como Captain Tsubasa.El nombre hace honor al protagonista de la serie, Tsubasa Ozora, a quien los treintañeros conocieron como Oliver Atom, allá en la versión original del culebrón pambolero, equivalente ochentero a la serie de Luismi por lo traumados y prendidos que nos tenía.
35 años después de su debut, TV Tokyo ha revivido a Hyuga (Steve), Genzo (Benji), Mizaki (Tom), Ishisaki (Bruce), Roberto (Hôngo, el entrenador de Tsubasa y su equipo) y, obvio, a los hermanos Koriotto, para que podamos seguir su camino a convertirse en grandes estrellas del soccer mientras lidian con sus rivalidades cuasimortales, dramas familiares, camaraderías, romances y monólogos internos que hacían que los partidos duraran días enteros. Cabe decir que los nombres originales de los personajes se conservan en la versión en español.
Vi los primeros cuatro capítulos de este “revival” en el cine y la primera conclusión a la que llegué es que efectivamente conserva esa esencia que hizo famosa a la serie hace casi cuatro décadas.
Lo primero que vas a notar es la icónica escena en la que Tsubasa es casi atropellado por andar jugando con su balón cuando era un pequeñito (misma que, años después, despertaría el mito de que toda la historia de los Súper Campeones es un sueño de Tsubasa, quien habría quedado inválido después de ese accidente). Sin embargo, milagrosamente, la pelota lo salva y desde ahí se enamora de ella, a tal grado que no sólo se obsesiona con la idea de ser un jugador profesional, sino que le habla y hasta parece que le reza (!!!).
Tsubasa es un excelente jugador, pero el futbol se juega con otros 10, así que su reto será llevar a sus compañeros del Newpi a su mismo nivel, con la ayuda del misterioso teporocho brasileño Roberto Hôngo, para derrotar al arrogante portero Genzo y a su equipo.
El ritmo de la trama sigue siendo leeeeeento como la llegada de la quincena, al tiempo que hace parecer que las canchas miden cientos de kilómetros. Esta sensación es incrementada por los monólogos internos de los personajes y por los diálogos de Tsubasa con su balón, así que como ves, la serie no ha cambiado nada en ese sentido.
Lo que sí es diferente (obvio) es el estilo de animación, que es mucho más colorido y cuenta son ciertas ayudaditas de la tecnología moderna. Otra cosa que se mantiene es el equilibrio entre dramatismo y humor, el cual merece mención aparte porque parece que el equipo de doblaje mexicano se esforzó por hacer algo similar a lo que pasó con la adaptación de las primeras temporadas de Los Simpson; es decir, le echaron de su cosecha para “tropicalizar” ciertos chistes, pero noté que a veces se les fueron de las manos, provocando algo de humor involuntario en ciertos diálogos que más que causar risa, se sienten incómodos, pues no coinciden con el lenguaje corporal y gestos de los personajes. A pesar de este detalle, se aplaude el esfuerzo de la nueva sangre del doblaje mexicano.
Otras cosas que me molestaron un poco fueron la extraña decisión de ponerle a Tsubasa una voz tan andrógina en español (que tampoco coincide con su corporalidad) y los “stills” que el estudio utilizó para ahorrarse algunos yenes en la animación (sí, un truquito que desde los setentas y ochentas aplicaban los nipones y que luego imitaron los gringos).
Fuera de eso, hay varios momentos ganadores que te harán recordar lo mejor de la serie original, aunque sinceramente no sé si las nuevas generaciones aguantarán este ritmo tan lento.
Los primeros capítulos de Capitán Tsubasa: La Leyenda Regresa se proyectarán en Cinemex del 1 al 14 de junio de este año. Ya puedes comprar tus boletos en preventa.