por Concepción Moreno
[av_dropcap1]E[/av_dropcap1]n estos días que vivimos, la condición femenina ha sido reivindicada. Las mujeres se han levantado para tomar su lugar en el ágora y hacerse dueñas de su cuerpo y su deseo.El éxito de Cincuenta sombras de Grey se explica por una necesidad de fantasear con el sexo clandestino. Dedicado sobre todo al público femenino, el bestseller es un chiste en sí mismo: mujeres liberadas que quieren latigazos en la recámara. ¿Por qué? Porque es su derecho.
Con Cincuenta sombras de Grey como pretexto se estrena una comedia encantadora. Una historia de mujeres: Diane Keaton, Candice Bergen, Jane Fonda y Mary Steenburgen.
Uno pensaría al ver el tráiler y el cartel de la cinta que se trata de un desperdicio de talento. Es una colección de actrices reconocidas por la Academia y otros certámenes. Pero no, no lo es. Cuando ellas quieren (que así le pusieron en español, su título original es menos pseudofeminista: The book club) es un hit y nadie debería perdérsela. ¿Es fan de Grace & Frankie? Así como la serie de Netflix, la cinta no es únicamente para divertir al público de la tercera edad, un mercado descuidado tradicionalmente por el cambio tecnológico.
Cada uno de los personajes de Cuando ellas quieren es algo así como la representante de los personajes de Sex and the city pero 30 años después. Keaton es la viuda, Fonda es la mujer independiente y exitosa, Mary Steenburgen es la que mantiene un matrimonio felizmente y Candice Bergen es una dura juez que dice no estar interesada en tener una relación. ¿Será?
Las cuatro forman un club de lectura, algo muy gringo: para que las damitas se cultiven pongámoslas a leer libros inocuos y que los comenten. Sin embargo la práctica ha sido adoptada como un verdadero espacio de libertad; si algo hace liberal a Estados Unidos es esta tolerancia a pequeños grupos donde se comparten ideas y estilos de vida distintos.
Regreso a las Cincuenta sombras de Grey. Las cuatro escogen como siguiente libro precisamente el de E.L. James. Y se trata de un descubrimiento de la sexualidad de cada uno de los personajes.
Diana Keaton está especialmente atinada en su rol, suave y flexible. A pesar de que la Keaton ha pasado los últimos años nadando de muertito con comedias románticas una peor que la otra, en este caso logra un gran trabajo como la protagonista aparente de esta historia coral.
No es necesario que los hombres escondan sus testículos para ver esta película. También la disfrutarán, aun cuando tenga el chiste de rigor sobre el Viagra.
Algunas razones más hay para ver la cinta: no es de un feminismo regañón como el que últimamente abunda; está escrita y dirigida por Bill Holderman, quien produjo esa joya que es Todo está perdio, el tour de force de Robert Redford; y aparecen caras conocidas que hace un rato no veíamos: Alicia Silverstone, Don Johnson y Richard Dreyfus.
Cuando ellas quieren no le cambiará la vida a nadie pero es fantástico que haya en cartelera una historia de mujeres que no sea solamente para ellas. Después de todo, la viejitas también tienen vaginas y vale la pena que los hombres lo sepan.