por Gonzalo Padilla Durán
Todos podemos recordar la fuerza del primer amor. Y es que al entrar a lo desconocido y querer vivir un amor de película, nos cegamos ante cualquier destello de realidad.
Llámame por tu nombre (Call Me by Your Name, Italia, Francia, Estados Unidos, Brasil, 2017) es una película perfecta sobre el amor. Dirigida por Luca Guadagnino, es quizás la mejor película del 2017.
La cinta se desarrolla en los 80’s, en una casa de verano al norte de Italia donde la familia Perlman acostumbra quedarse todos los veranos a vacacionar y recibir a estudiantes de doctorado como pasantes del profesor Perlman; interpretado impolutamente por Michael Stuhlbarg. Ese verano, el americano Oliver (Armie Hammer) llega para estudiar con el profesor sin imaginar que encontrará el amor en Elio (Timothée Chalamet) un adolescente de 17 años que disfruta de su soledad leyendo y tocando el piano y la guitarra. Ambos inician su relación de manera escabrosa, retándose intelectualmente el uno al otro y evitándose constantemente, pero sin dejar de insinuar algo más de manera delicada.
El amor tarda en surgir en la película. Guadagnino toma su tiempo para mostrarlo en la pantalla y nosotros esperamos pacientemente a que suceda. Los silencios son precisos y cargados de melancolía. Una que es reforzada con la excelente elección musical. Esta magnífica historia no podría funcionar si no fuera por las impecables actuaciones y la sensibilidad de un próspero director que logra hacer de las calles de Italia un personaje más.
El filme es espectacular por su sencillez en el trato del tema y por una serie de escenas que pasarán a la historia. El final de la película es un cierre que indudablemente los dejará reflexionando.
Esta es una cinta que no puede pasar desapercibida.