La más nueva adaptación cinematográfica del libro para niños escrito por Roald Dahl, Las brujas, fue lanzada a través de la plataforma HBO Max. Es una cinta para ver en familia y, aunque no provoca muchos sustos, sí tiene una moraleja para que los pequeños nunca acepten dulces de desconocidos.
Dirigida por Robert Zemeckis, Las brujas (2020) narra la historia de un pequeño huérfano que queda a cargo de su abuela después de que sus padres mueren en un trágico accidente. Para sacarlo de sus tristeza, la abuela le regala un ratoncito y las cosas parecen mejorar. Hasta que, un día, el pequeño tien un raro encuentro con una extraña mujer, que parece ser una bruja, entonces la abuela decide tomar unas vacaciones que les cambiará la vida para siempre.
En esta nueva versión de Las brujas se hacen algunos hacen algunos cambios radicales al cuento original, como situar la historia en el Estados Unidos de los años 60, específicamente en Alabama, y hacer a los protagonistas afroamericanos, además de introducirnos a nuevos personajes.
Así como en la narración original de Dahl, en esta cinta, el pequeño protagonista tampoco tiene nombre; es simplemente niño/nieto (Jahzir Bruno) y, ya de adulto, es quien narra la historia (Chris Rock). La abuela es interpretada por Octavia Spencer.
La película trata de usar, en un contexto muy generalizado, la nueva locación, por ejemplo, la parte social y racial que se vivía en los años 60 en Alabama sólo aparece a pinceladas muy discretas y difuminadas a lo largo de la cinta, lo cual, desafortunadamente, no juega a favor de la historia. Parece que, en parte, es un recurso para justificar el porqué la abuela tiene tanto conocimiento sobre las brujas, ya que en esta adaptación, no fue cazadora de brujas como en el libro.
El reparto se compone por actores muy reconocidos como Anne Hathaway, quien interpreta a la “Grand High Witch” y entrega una actuación efectiva, pero escogieron para ella un acento “extranjero” proveniente de Noruega, quizá para respetar el libro, pero en realidad suena más a un habitante del Este de Europa.
El director, en las varias interacciones de La gran bruja con el gerente del hotel, Mr. Stringer (Stanley Tucci), desperdicia grandes oportunidades para hacer comedia, y, en general, desaprovecha a los personajes.
En términos generales, es una cinta muy entretenida, bien dirigida y con efectos especiales aceptables, aunque no impactantes como uno esperaría de Robert Zemeckis. La interacción entre abuela y nieto es tierna, sin ser cursi, y queda muy claro el mensaje de que la familia está contigo sin importar cómo seas.
La conclusión de la historia es un poco más cercana a la del libro, aunque da la impresión de que la historia continuará.
Pueden verla en familia en Halloween, aunque no vivirán muchos sobresaltos.