¿Te imaginas Pulp Fiction situada en China y hecha con dibujos animados? El director chino Liu Jian nos entrega su nuevo largometraje animado, Have a Nice Day (Hao jile, China, 2017). La cinta, a ser estrenada en México el próximo 6 de abril, es un thriller lleno de violencia y humor negro.
Xiao Zhang (Chaglong Zhu) roba un millón de yuanes para pagarle un viaje a Corea del Sur y una cirugía plástica correctiva a su novia porque la última que se hizo no salió muy bien que digamos.
El dinero pertenece a un mafioso que se hace llamar Tío Liu (Yang Shiming), cuyo outfit parece salido de un capítulo de Miami Vice.
Skinny (Ma Xiaofeng), un matón que trabaja para el Tío, es el encargado de buscar a Xiao para matarlo y recuperar el dinero, pero la bolsa con el millón ahora está en manos de Yellow Eyes (Cao Kou), un inventor con lentes de rayos X que planea usar el dinero para iniciar su negocio.
El robo es el incidente desencadenante que genera una serie de enredos entre Xiao, el sicario, el gángster y el inventor. Liu sitúa la historia en los márgenes de una gran metrópoli porque le interesa contar las historias de la gente que vive esta marginación dentro de las ciudades. Tanto en Piercing (su primer largo animado) como en Have a Nice Day, Liu Jian retrata estos ambientes en los que la ciudad se funde con los paisajes rurales, “ahí donde nada es realmente estable”.
La formación inicial de Liu es la pintura y en 2007 decidió “pintar películas” porque le gusta contar historias. Pasó tres años levantando Have a Nice Day, durante los cuales hizo prácticamente todo el trabajo: escribió, animó, diseñó y produjo la cinta, otorgándole un estilo único. Con Have a Nice Day, demuestra que menos es más y retoma el estilo de animación tipo guerrilla que nos recuerda a ciertas novelas gráficas occidentales como las de Adrian Tomine, pero sin dejar de lado el cuidado de lo que pasa dentro y fuera del cuadro para dar preponderancia a la trama.
Sus influencias saltan a la vista, subiéndonos a una montaña rusa en la que la cultura pop occidental se mezcla con la oriental, dejando al descubierto citas y homenajes al cine hollywoodense que van desde Rocky hasta películas de los hermanos Coen, pasando por Takeshi Kitano, además de parodiar la propaganda usada en la Revolución Cultural. También saltan a la vista algunos comics underground, una cita textual de León Tolstoy al inicio del filme; otras de Steve Jobs a lo largo del mismo y, en la máxima expresión de la globalización, se escucha, a través del radio de un coche, el primer discurso que dio Trump como presidente de los Estados Unidos de América.
La animación es estática ya que por momentos hay muy poco movimiento dentro del cuadro, pero la acción avanza manteniendo una ironía que raya en lo surreal. La cinta, afirma Jian, habla de la naturaleza humana y la emoción, temas universales de la vida cotidiana en los que no pensamos frecuentemente.
Este es el primer largometraje animado chino que compite dentro de Berlinale y, aunque es el segundo largometraje animado del director chino, es el primero en tener distribución en Norteamérica.
Aquí el trailer: