Reseña de la cinta Frankenstein de Guillermo del Toro. Con Oscar Isaac, Mia Goth, Jacob Elordi y Christoph Waltz. Disponible en Netflix.
La creación de Guillermo Del Toro es una historia violenta y dolorosa, con un hermoso final de mensaje existencialista sobre la ira, el perdón y la responsabilidad de nuestra felicidad. Y si bien el desarrollo de la historia tiene varios “peros”, Frankenstein termina siendo una historia que todo fan del cineasta y de la fantasía deben ver.
La cinta está divdida en tres episodios. El primero está relacionado con la historia del Doctor Victor Frankenstein, quien es encontrado en el polo norte por una embarcación expedicionaria danesa. El doctor está herido y una criatura lo está cazando. La tripulación lo ayuda e intenta matar al monstruo sin éxito, pero al menos consiguen retardarlo un poco al provocar que se hunda en las aguas congeladas.
Una vez en el barco el doctor cuenta su historia de cuando era niño para luego, en un segundo capítulo, nos cuente cómo fue que creó a la criatura que lo acosa. Durante este episodio Victor narra cómo fue que conoció a un sujeto adinerado llamado Harlander, quien se le presenta luego de una exposición médica donde el doctor está vendiendo la idea de crear vida a partir de la muerte.
Harlander se acerca a él diciendo que trae una carta de su hermano William, quien en unos días pasará a verlo con su prometida Elizabeth para anunciar su compromiso. Harlander revela que la susodicha es su sobrina. ¿Una coincidencia? Quizá, sin embargo parece muy interesado en los experimentos de Victor. Tanto así que está dispuesto a financiarlo.
Lo anterior da pie a un extraño entramado ya que harlander tiene una agenda oculta, Victor no puede controlar su ego y para colmo, Elizabeth es tan bella y sensacional que el doctor termina enamorándose de ella.
La última historia es la visión de la criatura misma, un ser que no pertenece a ningún lado. Quiere encontrarse y encontrar una conexión con otro ser humano… pero no puede, no se le permite. Está lleno de miedo, dolor, resentimiento e ira. Y con mucha razón, pues su creador lo abandonó en un mundo que no tiene lugar para él.
Visualmente la cinta se ve espectacular, una dark fantasy cargada de acción en donde vemos a la criatura atacar adversarios y deshacerse de ellos como si fuera Hulk pero con un estilo gore. E insisto el final es un gran cierre. Sin embargo hay un par de peros que le restan fuerza.
En primer lugar el personaje de Víctor resulta sumamente repulsivo. Es un verdadero cretino que arrastra a todos a su caos. Es incapaz de controlar su ego, lo cual genera un halo enorme de destrucción. Y su genialidad no es suficiente para contrarrestar su oscuridad. Asi pues, la segunda parte de la cinta donde cuenta la creación de la criatura es por momentos insufrible. Se dice que el monstruo es él, pero más que eso es todo un pendejo.
Para rematar, debemos hablar del personaje de Elizabeth (Mia Goth): bello, casi angelical cuya dulzura, templanza e intuición la convierten en una oasis para tanto caos. Hasta aquí todo bien pero tiene un problema: parece que su corazón es como una esponja capaz de enamorarse en dos segundos. Se enamora del hermano de Victor, luego del mismo Victor y al final parece tener sentimientos por la criatura.
El tema no es la cantidad de personas de las cuales puede enamorarse sino que todo parece muy gratuito. Y eso contrasta mucho en una figura que se caracteriza por su sensatez y seguridad, y que no muestra viso alguno de que psicológicamente necesite la droga del enamoramiento para evadirse de su realidad. Y es que Elizabeth no titubea al enfrentarse a Víctor y sus desatinos, ni a su idealismo exacerbado que ella encuentra peligroso pues en nombre de un ideal se justifica el horror de la guerra.
La cinta levanta en el último acto cuando la criatura aparece para contar su historia. Su fuerza y convicción lo hacen salir avante en las peores circunstancias. Y ante la adversidad es capaz de enfrentar sus pasiones y hacerse responsable de su propia felicidad para poder así liberarse de sus propias cadenas. A diferencia de su creador que vive en culpa y arrepentido de haberlo creado: no comprende a su creación y ni siquiera le da el beneficio de la duda, lo cual es bastante absurdo porque solo bastaba con tener un poco de paciencia, de intuición y curiosidad científica, cualidades que ya había mostrado anteriormente pero ante su hijo parece rendirse de manera absurda.
En fin, Frankenstein no es de las mejores creaciones de Del Toro pero cumple y el final resulta satisfactorio.
