Evelyn (Michelle Yeoh) es una señora de mediana edad que se siente atrapada y frustrada, pues todos sus sueños e ilusiones se le han ido, su lavandería se encuentra en problemas fiscales, su matrimonio con Waymond (Ke Huy Quan) está enfrascado en la monotonía, no logra conectar con su hija Joy (Stephanie Hsu) y aun siente que defraudo a su padre (James Hong) por irse de China en su juventud. Con esta improbable heroína, comienza la más reciente película de los Daniels (Daniel Kwan y Daniel Scheinert)
Al principio pareciera que estamos ante un drama familiar con toques de comedia, pero poco a poco, el ritmo comienza a acelerar, hasta convertirse en una aventura llena de acción, en la que el multiverso está en peligro y nuestra Evelyn es la única capaz de salvarlo, con la ayuda del Waymond de otro universo, mientras atienden a la implacable agente del fisco Deirdre Beaubeirdre (Jamie Lee Curtis)
Dividida en tres actos, cada uno titulado como una de las parte del nombre de la cinta, Everything Everywhere All at Once nos llevara de paseo por todo el multiverso, mostrándonos toda su vastedad y diversidad, además de enseñarnos como cada decisión que tomamos, tendrá consecuencias en cada una de nuestras vidas.
Aunque parte del éxito de la cinta, se le puede atribuir a todas las referencias y elementos tomados de The Matrix, El tigre y el dragón, The One, el cine de Jackie Chan, Pixar, e incluso Los Simpson —las cuales también ayudan a digerir rápido los conceptos presentados—, el corazón de la película es la relación familiar de Evelyn, quien poco a poco descubrirá la importancia que esta tiene en el multiverso.
Y es que la familia y como nos relacionamos con ella, es un tema universal, o multiversal en este caso, el cual sirve como perfecta ancla en una historia que no da respiro a su espectador, pues te explica cómo surge y funciona el multiverso, y te muestra varias de sus tierras al mismo tiempo, pero siempre de manera clara, por lo que a pesar de la gran cantidad de información, el espectador nunca se siente perdido.
Increíblemente la película no se conforma con ser todo lo antes mencionado, sino que busca ser más cosas al mismo tiempo, pero dependiendo de la ayuda del espectador, pues acorde al bagaje cultural que cada uno aporte a la cinta, se le puede dar la profundidad de una producción nihilista, un ensayo sobre la depresión, o uno sobre la bondad como estilo de vida, sin que en algún momento se sienta que estas aristas traicionen la trama que nos están contando.
Los Daniels son unos atascados, no saben cuándo parar, por eso quieren llenar su película con tantas cosas al mismo tiempo, especialmente de escenas de acción y comedia, ya que cada uno tiene su fuerte en este tipo de secuencias, y aunque en el segundo acto se siente que se pierde un poco de ritmo – la historia de la chef podría ser omitida, pero se perdería un gran gag- los directores saben llevar a buen término su película.
Su pasión además de transmitirla a todo su elenco fue clave para que lograran con un equipo sin experiencia, todos los efectos especiales vistos en la película, los cuales tuvieron el mínimo de uso de pantalla verde, ayudando a ese sentimiento de “realismo” que tiene la mayoría de la cinta.
Everything Everywhere All at Once, es una película ambiciosa, que con mínimos fallos, logra hacer reír e incluso llorar con una historia familiar, aderezada con piñatas, piedras, ojos saltones de plástico, dedos de salchicha, entre otras cosas, logrando cumplir con el título que ostenta, la cual es una muestra de que mientras haya cineastas que tengan algo que contar, siempre habrá un público ávido de escucharlos, a pesar de las múltiples franquicias ya probadas a su disposición