por Miguel Mora
Enamorada (México, 1946) es una historia de pasión, amor y contrastes enmarcada dentro de un momento de la Revolución Mexicana. Película en blanco y negro, basada en una historia de Íñigo Martino y dirigida por Emilio “El Indio” Fernández, nos presenta un cine impregnado de nacionalismo que caracterizó toda una época del cine mexicano.
Ambientada en Cholula en los años de la lucha armada que abarca más de una década, un regimiento de las fuerzas revolucionarias comandadas por José Juan Reyes (Pedro Armendáriz) toma el control de la ciudad tras una corta escaramuza. De inmediato reúnen a los adinerados del pueblo para confiscarles sus bienes. Entre los detenidos está Carlos Peñafiel (José Morcillo), uno de los más ricos del pueblo, y el padre de Beatriz (María Felix), mujer voluntariosa que está próxima a casarse con un extranjero de nombre Eduardo Roberts (Eugenio Rossi). Después de una breve confrontación, el General decide el destino de los acaudalados. Uno de ellos, Fidel Bernal (Manuel Donde), es fusilado en el acto, pero también muestra su parte noble cuando escucha al maestro Apolonio Sánchez (José Torvay) prometiendo pagarle su sueldo atrasado y duplicarle el salario.
Una vez dictadas las sentencias, José Juan Reyes se relaja con sus tropas, pero un incidente aparentemente sin importancia hace que se altere y se enamore de Beatriz Peñafiel, la indomable hija del hombre más rico del pueblo. A partir de ahí, la historia se convierte en una lucha de conquista al estilo de La fierecilla domada de William Shakespeare, en donde intervienen todos los elementos del melodrama mexicano, por un lado la confesión de los sentimientos del General ante el cura del pueblo, el Padre Rafael Sierra (Fernando Fernández) y, por otro, su incapacidad de acceder a rendirse. Sin embargo, la historia nos muestra cómo el líder revolucionario es sometido por la pasión y pide perdón por sus atropellos.
Pero los acontecimientos se precipitan, las tropas de Reyes se ven obligadas a abandonar la plaza sin oponer resistencia al enemigo que lo persigue constantemente. Este súbito cambio de planes provoca un vuelco en las decisiones de Beatriz quien abandona su boda casi en el momento de firmar los papeles nupciales para encontrarse con su verdadero amor que es José Juan Reyes. El final de la cinta logra una de las tomas más icónicas del cine mexicano en donde María Félix camina sujeta de la silla del caballo que monta Pedro Armendáriz.
Enamorada es una película de fórmula que contiene todos los elementos ya probados de la época, llena de simbolismos patrios, en donde la religión y los buenos sentimientos hacia los pobres se mezclan de una manera “institucional”, para impartir “justicia” desde el punto de vista de un caudillo a título de la Revolución.
La película es considerada como un clásico de la llamada época de oro del cine mexicano, el binomio entre “El Indio” Fernández y Gabriel Figueroa para 1946, año en que se estrena la película, ya había madurado, creando toda una forma de expresión y su trabajo se mostraba como una parte de cultura mexicana expuesta al exterior junto con los muralistas que hablan de un México glorioso y revolucionario.
Enamorada fue nominada para competir por la Palma de Oro en el Festival de Canes en 1947 y recibió el premio a la mejor fotografía para Gabriel Fiueroa, mismo reconocimiento que obtuvo en el Festival de Bruselas y en México.
Cabe destacar que las tomas al final de la película en donde se proyectan las sombras de los soldados desfilando en las paredes del pueblo que recorre María Félix son notables, así como los emplazamientos contrapicados para mostrar el cielo contrastado y exaltar la presencia de los personajes marcan un estilo personal.
71 años después, Martin Scorsese anuncia la presentación de una versión remasterizada de Enamorada para la sección Cannes Classics 2018 en el marco del Festival Internacional de Cine de Cannes #71, muestra inequívoca de la trascendencia del cine mexicano en el mundo.