por Miguel Mora Vargas
[av_dropcap1]U[/av_dropcap1]na infancia truncada drásticamente que enfrenta a un niño temeroso y desprotegido por la ausencia permanente del padre a la orfandad. Este es el difícil terreno que se aborda en Cuernavaca (México, 2017), ópera prima del realizador Alejandro Andrade.Cuernavaca abre con un principio contundente en el que la violencia que aqueja nuestros tiempos irrumpe en el pequeño mundo de Andy (Emilio Puente), un niño de 12 años que queda desprotegido y tiene que trasladarse a vivir a la inmensa mansión de su distante abuela Carmen (Carmen Maura).
Previo a un suceso trágico, Andy es despojado de una capa que le obsequió su padre y que utiliza como fetiche para afrontar el miedo. Su madre (Mariana Gajá) no percibe la importancia del objeto hasta descubrir los temores que afronta su pequeño hijo día con día. Arrepentida, sustituye el disfraz con otro igual, pero este lapso de incipiente compresión es destruido cuando la fatalidad se presenta y recibe una bala en medio de un asalto en el interior de un local.
A partir de ese momento, la vida de Andy se encuentra a la deriva, no hay ningún adulto que pueda hacerse cargo de él, las circunstancias lo trasladan a Cuernavaca donde descubrirá a su abuela paterna Carmen, una mujer fría, atormentada por un pasado que desconoce.
Instalado en un caserón con una extensa propiedad de jardín, Andy conoce a dos personalidades que lo harán cambiar, una es su tía Dhaly (Dulce Domínguez), una mujer dulce con síndrome de Down que le enseñará la ternura y el cariño hacia los animales cuando comparte con él un espacio donde guarda una colección de gatitos que cuida con especial esmero.
Pero la rigidez de la abuela no le permite distraerse en juegos y fantasías, lo obliga a ocuparse del jardín y es ahí donde entabla una relación con Charly (Diego Alvarez García), un joven musculoso con pocos escrúpulos que le enseña el oficio de jardinero, volviéndolo su incondicional.
Al cabo de un tiempo, Andy recibe la noticia de la muerte de su madre y este duro golpe detona la búsqueda insistente de su padre, pero ante la constante negativa de su abuela, Andy se refugia con Charly, creando una relación siniestra que le traerá de regreso a su desaparecido padre, pero que lo meterá en problemas.
En el ínterin existen sueños surrealistas que le recuerdan la muerte de su madre, cuestión que reafirma la soledad del personaje. Atormentado por sus sueños, Andy persiste y en contubernio con Charly logra localizar a su padre Andrés (Moisés Arizmendi) para hacerlo volver.
El encuentro con su progenitor genera disgustos en el seno de su nuevo hogar, cuestión que no logra entender Andy, pero al fin logran entablar una efímera relación padre-hijo.
La historia nos lleva a una crisis difícil de resolver para un niño de 12 años, porque su situación lo vuelve incompetente ante los adultos. Por un lado, tiene que hacerse cargo de un padre irresponsable y, por otro, de su abuela alcohólica que oculta su rencor hacia la vida por haber sido abandonada.
Andy tiene que tomar decisiones que lo llevan a equivocarse, destruyendo lo que más quiere. Las consecuencias, son las esperadas, su padre vuelve a desaparecer y él se encuentra en un vacío, tomando la única actitud madura en la familia.
Cuernavaca puede resultar un drama poco creíble, sin embargo, rescata momentos importantes dentro de la tragedia de un infante sin rumbo, por eso resulta ser una película con momentos entrañables, bien cubiertos, con una realización austera pero significativa que llega al corazón del espectador sin ser lacrimógena.
Lograda en pocos escenarios, la película cuenta con buenos ingredientes contundentes para entender lo frágil que puede ser la vida y logra atrapa al público, pero, sobre todo, contiene un agradable mensaje hacia la comprensión de la paternidad.
La cinta compitió en el festival de cine en Roma, con muy buenas críticas y sigue su curso en Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Puerto Rico y Alemania.
https://www.youtube.com/watch?v=hrv2mrDWhHE
1 comment
Me gustó mucho la película…sobre todo después de verla, muestra de manera muy sutil el desamparo con el que se vive en este país