“Muchos años después, frente a la pandemia del coronavirus, recordaría aquella tarde distante cuando mi padre me llevó a descubrir el cine”* , escribe el director de cine chino, Jia Zhang-ke, en una carta desde su encierro en Pekín, publicada en la plataforma cultural De Film Krant, donde se confronta con el encierro, la pandemia y la soledad.
“El virus nos ha castigado sin salir de casa”, nos dice el director, y mientras expone sus motivos y recuerdos, nos hace pensar que estamos viviendo en una bizarra película distópica: “Sin embargo, a causa de la pandemia, todos los cines están cerrados. Tenemos que permanecer en casa, usar audífonos para ver una película en un teléfono móvil o en un iPad, completamente solos. Para mí, no existe nada más solitario que esto”.
Jia Zhang-ke es uno de los directores más importantes que existen en la industria, no sólo de china sino a nivel mundial. Pertenece a una generación de cineastas que en sus inicios no estaban avalados por el gobierno chino por lo cual algunos de sus trabajos son considerados underground, como por ejemplo su trilogía conocida como Hometown Trilogy —que se desarrolla en la provincia de Shanxi, hogar del cineasta—, la cual está integrada por Pickpocket (1997), Platform (2000) y Unknown Pleasures (2002).
En 2006, su película Still Life fue galardonada con el León de Oro del Festival de Venecia. La historia gira en torno a Han Sanming, un minero que regresa a Fengjie en busca de su esposa quien huyó hace 16 años. Dicha problación es una ciudad venida a menos debido a la construcción de una enorme presa, como por ejemplo, el barrio donde Han vivía se encuentra sumergido bajo el agua.
La cuarenta ha producido un fuerte impacto en Jia Zhang-ke, al igual que muchas personas en el mundo; el director lo vive como un parte aguas en la historia de una generación:
“Solíamos decir, desde un punto de vista histórico, que hay dos tipos de directores en el mundo: aquellos que han ido a la guerra y aquellos que no. Dependiendo de la experiencia, tendrías un entendimiento distinto de la naturaleza humana y la sociedad. Quizá, después de muchos años, podremos decir: existen dos tipos de directores en el mundo, aquellos que vivieron la pandemia del COVID-19 y aquellos que no”.
Jia Zhang-ke acaba de realizar un cortometraje comisionado por el Festival Internacional de Cine de Thessaloniki. Fue un trabajo hecho en confinamiento, titulado Visit que filmó con su teléfono móvil: “Cuando miré el mundo de nuevo a través del cuadro de la cámara, me sentí como un bebé aprendiendo a pararse y caminar —difícil, pero excitante al mismo tiempo”.
Lo anterior lo llevó a una hermosa reflexión: “Me hizo pensar que debemos hacerle cara a esta pandemia, caminando hacia delante por el bien de lo que hemos vivido para encarar el mundo con honestidad y valor. Espero que podamos regresar al cine pronto, para sentarnos juntos, hombro con hombro. Éste es el más hermoso gesto de la humanidad”.
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Carta traducida al español por Montserrat Pérez Bonfil.
* Referencia al inicio de 100 años de soledad de Gabriel García Márquez.