1994. La última ola de rock mainstream permea el ambiente mientras un círculo de alumnos de bachillerato se enfrentará a un mal sobrenatural que acecha su pueblo de Shadyside y que está detrás de una serie de asesinatos que ocurren desde 1666.
La calle del terror: 1994 (Estados Unidos 2021) es la primera película de una trilogía de Netflix y que a su vez está basada en la serie de novelas para adolescentes del autor R.L. Stine.
Deena (Kiana Madeira,)es una adolescente pesimista que está lidiando con un corazón roto ya que su novia Sam (Olivia Scott Welch) se mudó al pueblo vecino y su relación llegó a su fin. Mientras Deena se azota por esta pérdida, otra masacre acaba de ocurrir en su pueblo de Shadyshide donde un joven disfrazado mató a varios empleados de un centro comercial antes de ser abatido por la policía.
Resulta que Shadyside tiene un legado de crímenes y violencia que le ha generado una leyenda negra ya que es uno de los pueblos más violentos de Estados Unidos. Esto ocasiona que los alumnos vivan en constante temor o con ganas de emigrar a mejores lugares.
Deena viaja con la selección de fútbol americano de su escuela al pueblo vecino y rival de Shadyside. Allí ve a su ex con su nuevo novio y queda muy lastimada y el jeugo que debió ocurrir no se lleva a cabo por una batalla campal que estalla entre los alumnos de las escuelas rivales.
Después de este incidente, Deena ocasiona un accidente en donde el coche donde viajaba Sam se sale de la carretera e impacta contra un árbol. Sam, logra arrastrarse fuera del coche pero sin saberlo, profana la tumba de una bruja ejecutada en 1666 y quien es la razón detrás de la violenta historia del pueblo.
A partir de este momento, Deena, Sam y sus amigos serán atacados por numerosos asesinos fantasmagóricos mandados por la bruja.
Siendo sincero, esperaba una mierda de bazofia, sin alma o personalidad pero resultó ser muy entretenida y más oscura de lo que pensé.
La película es extremadamente nostálgica, a veces demasiado, con éxito tras éxito de música de los 90, pero logra llevar a la audiencia a una época de transición entre el siglo XXI y el fin de la influencia de la era de Reagan, Juan Pablo II y Margaret Thatcher.
La calle del terror inicia como un clásico slasher, ese género que nace en los 70s pero no conoce su cúspide hasta los 80, cuando las propuestas que iniciaron como algo indie ya se volvieron franquicias aunque la gran mayoría permanecieron desconocidas. Sin embargo, en algún momento se incorporan los elementos sobrenaturales y la trama toma un giro siniestro y con más gore.
Como la mayoría de las películas de mucha producción, los departamentos cumplen aunque nada del otro mundo, pero su fuerza no radica allí. De hecho, lo más sobresaliente, fuera de la dirección por Leigh Janiak, es el ensamble de actores que forman el círculo de amigos que logran mostrar los arquetipos de personajes escolares pero sin caer en clichés, de hecho cada personaje tiene algo interesante y los jóvenes actores hacen muy bien su trabajo.
La película cumple su propósito, es entretenida y rápida, perfecta para una noche lluviosa.