por Diana Chávez Zea
[av_dropcap1]D[/av_dropcap1]etrás de los bellos rostros, cuerpos delgados, coreografías perfectas y canciones pegajosas por los que el K-Pop se ha dado a conocer, se encuentra un lado muy oscuro que sostiene la industria: casos de prostitución, maltrato físico, cargas excesivas de trabajo, violencia verbal etc., son algunos de los elementos a los que, día a día, son sometidos muchos idols coreanos por las empresas que los manejan.La otra parte llena de violencia radica en los comentarios maliciosos que reciben los artistas todos los días por las redes sociales, criticas que superan el límite y que pueden llegar hasta deseos y amenazas de muerte.
El pasado 24 de noviembre el mundo del K-Pop se vistió de luto de nuevo después de que diera a conocer que la cantante Goo Hara, exmiembro de KARA, había sido encontrada sin vida en su departamento.
Según informes de la policía de Seúl sobre la investigación de caso, no fueron encontrados rastros que levantaran sospechas de homicidio por lo que descartaron realizar una autopsia, además de que se encontró una nota de la cantante que no fue dada a conocer.
El pasado 25 de mayo de este año Hara había sido encontrada inconsciente en su casa por manager luego de lo que se dominó como un supuesto intento de suicidio. La cantante y actriz estaba en una batalla legal con su ex pareja por violencia en la relación y chantaje.
Goo Hara había sido víctima de acoso cibernético y múltiples ataques en la red luego de que se diera a conocer la batalla con su ex novio, en la mayoría de los comentarios los usuarios la culpaban a ella por el fallo en su relación.
Un caso similar ocurrió el 14 de octubre cuando la ex miembro del grupo f(x), Sulli, fue encontrada sin vida en su domicilio. Como antecedente, Sulli también sufría de abuso cibernético, era conocida como mujer de “espíritu libre” que promovía valores feministas y la libertad del cuerpo femenino, situación que genero odio en su contra.
Un caso más, ocurrió en 2017 cuando el famoso vocalista del grupo SHINee, Kim Jong-hyun terminó con su vida luego de sufrir una fuerte depresión de la que no pudo reponerse. Estos tres caso han conmocionado a la industria musical y han encendido la alerta sobre qué está ocurriendo con las artistas del K-Pop.
La constante entre estos tres casos lamentables es el antecedente de depresión. La salud mental es un tema que nadie puede descuidar, en especial quienes están expuestos a ambientes de mucha presión como estos artistas.
Las grandes empresas de entrenamiento coreanas deben tomar medidas rigurosas para el cuidado completo de los jóvenes artistas pues tres casos de supuesto suicidio son la mayor alerta para que esto no se repita.
Se ha expresado que las criticas y comentarios insultantes hacia las victimas que hay hasta el momento influyeron en empeorar su salud mental, de diferentes formas esto fue expresado por ellos, sin embargo, no hubo acciones debidas para frenar el problema del que eran víctimas.
La empresa BigHit Entertainment, sello al que pertenece el grupo BTS, difundió un correo al que se pueden denunciar agresiones en redes dirigidas hacia sus artistas para que ellos tomen medidas legales.
Por supuesto las enfermedades mentales son mucho más complejas y no se alivian con acciones simples, sin embargo, generar ambientes amables para el desarrollo de los artistas es una responsabilidad que deberían asumir las empresas coreanas.
Generar conciencia de las consecuencias a las que pueden llegar comentarios hirientes, que no significan nada para quien los produce, es importante en esta época de la conexión mundial.