por José Luis Reyes
[av_dropcap1]B[/av_dropcap1]ojack Horseman regresa con la promesa de acabar con el ciclo de depresión, vicios y malas decisiones para, de una vez por todas, tomar las riendas de su vida. Con lo cual sigue demostrando el potencial que tiene la animación para adultos aunque esta sexta y última temporada, hasta el momento, no sea la mejor de todas.Desde el anuncio de esta temporada nos llevamos dos grandes sorpresas: Esta sería la última y estaría dividida en dos partes. Algo inusual para la serie creada por Raphael Bob-Waskberg ya que estábamos acostumbrados a poder maratonear los doce capítulos que vienen con cada entrega. Al llegar a la mitad de temporada nos damos cuenta que tal vez, en un principio, no se pensó para dividirse.
Al usualmente ser capítulos de corta duración, cuando terminamos de ver todos podemos apreciarlos como un todo, es por eso que en temporadas anteriores solemos pasar por alto episodios flojos al encontrarnos con aquellos que están increíblemente bien escritos, o son visualmente deslumbrantes. Pero en la sexta se siente que hay muchas cosas esperando explotar, y que seguramente lo harán en la segunda mitad, aunque mientras tanto nos dejen un tanto tibios.
Aun no encontramos la animación propositiva de capítulos como “Stupid Piece of Sh*t” (T4, E5) o de “That Went Well” (T3, E12), ni la densidad emocional de “Free Churro” (T5, E6), en cambio tenemos el inicio de un camino de redención, donde Bojack (Will Arnett) tendrá que afrontar los fantasmas del pasado, y responsabilizarse por sus acciones, a la vez de perseguir su propia felicidad.
Son muy pocos los protagonistas con los que podemos empatizar sabiendo que las decisiones que toman no son las moralmente correctas, o que tienen conductas autodestructivas que en la vida real nos parecerían preocupantes, y la serie hace bien al no justificar las acciones del protagonista, sino que demuestran que ser de esa manera no es mentalmente sano para ti y los que te rodean, por lo que está bien pedir ayuda.
Bojack toca fondo y decide ir a rehabilitación, pero no es el único personaje que toma decisiones para “enderezar” el camino, tenemos a Diane (Allison Brie) tratando su depresión, o Princess Carolyn demostrando que sus deseos de ser madre no están peleados con el desarrollo profesional, incluso Todd Chavez (Aaron Paul), quien funge como uno de los elementos más cómicos de la serie, tiene un desarrollo como personaje.
A pesar de ser una trama madura, nos hemos acostumbrado a sus gags visuales basados en el universo construido por la serie, y esta temporada no falla en eso, vemos momentos cómicos que son un respiro para la historia, además, de alguna manera se la ingeniaron para meter una burla descarada al capitalismo norteamericano, lo cual siempre se aprecia.
Sin duda, la mejor virtud de la sexta temporada es la continuidad que se le da a las tramas del pasado, de esta manera no quedan cabos sueltos y Bojack tendrá que afrontar los errores del pasado, y es así que nos damos cuenta del crecimiento del personaje, porque, al parecer esta vez los admite y se hará responsable de ellos.
Bojack Horseman se despide dejando un vacío enorme en nuestros corazones, es más que seguro que la mayoría de nosotros hubiéramos querido más episodios, pero como bien dicen: “de lo bueno, poco”. Esperemos que al llegar la segunda mitad la serie termine con broche de oro.