por Miguel Mora
La violación (Le viol du routier, Francia, 2017) es una obra escrita y dirigida por Juliette Chenais, una película subversiva, filmada con holgura y desparpajo capaz de intimidar a los que practican las ideas machistas sobre el sexo.
En términos generales, se podría decir que la cinta de la directora francesa Juliette Chenais se inscribe dentro del cine vanguardista que rompe con los estereotipos femeninos y muestra a dos personajes perturbadores que van por la vida en plan guerrillero haciendo de su vida sexual lo que quieren.
La historia retrata las aventuras de dos mujeres jóvenes que viajan, mochila al hombro, desde la región francesa de Bretaña hasta la ciudad de Lisboa. Gabrielle (Clémence Laboureau) y Tamara (Flore Abrahams) ponen de manifiesto en este road trip su carácter determinado a presentarse sin recato ante los demás, también nos enteramos que Tamara fue violada y que de alguna manera piensa cobrarse esa cuenta pendiente, respaldada por Gabrielle.
En su trayecto, las dos llegan a Marsella y se instalan de manera espontánea en un departamento habitado por un inquilino que vive momentáneamente en el lugar. Ante la sorpresa, el extraño trata de evitarlas, pero Gabrielle lo seduce y lo incita a tener sexo, masturbándose frente a él, al mismo tiempo que platica incoherencias con su amiga Tamara. La escena es por demás provocativa, se trata de una estrategia para identificar las debilidades de los hombres para “violarlos“ después.
Pero esto es solo el inicio de una serie de aventuras sexuales en las cuales las dos participan ya sea de manera individual o colectiva, pasando por un trío así como las conquistas que irán recolectando cada una de ellas en su recorrido hacia Lisboa.
Para ellas dan lo mismo los lugares públicos que los privados, por eso a plena luz del día simulan una violación lujuriosa en una pared de una calle transitada, además, cantan y duermen recargadas al pie las fuentes, hacen gestos y movimientos provocativos ante las miradas lascivas de los transeúntes.
La violación es una cinta en donde el tema del abuso y la sexualidad es abordada desde la mente femenina, en donde la amistad sirve para enfrentar un mundo machista que cataloga a las dos mujeres de manera despectiva y donde ellas toman fuerza al enfrentar a los hombres para hacerlos sentir la opresión sexual. Este par de mujeres rebeldes sostienen una historia tensa en donde, al final, descargan sus traumas con fuerza y crudeza.
No hay nada más inquietante para el público en general que enfrentarse a seres que no le temen al peligro, ni a los fetiches y mucho menos a las normas establecidas. Este tipo de personajes hacen las veces de agitadores en un mundo sometido por patrones de dominio de género. Por eso esta película se encuentra en el lugar de las grandes obras cinematográficas ejecutadas bajo ese mismo criterio, como aquella estupenda cinta de la cineasta Věra Chytilová, Margaritas (Sedmikrásky, Checoeslovaquia, 1966), en donde dos mujeres deciden sumergirse en el mundo decadente y corrompido en el que vive la sociedad checa después de la invasión de la Unión Soviética o también ese tono libertino y libertador la película Les Valseuses de Bertrand Blier (Francia, 1974), en donde dos ladrones juegan con la sexualidad y la moral de la gente sin la menor consideración.
Para lograr algo similar a lo que plantean estas dos maravillosas cintas previas a La Violación, la directora Juliette Chenais creó a estos dos personajes impetuosos e irreflexivos, que le dieron la pauta para caminar en un terreno poco visto en el cine: ver mujeres atrevidas y dispuestas a violar a los hombres.
La película, realizada en blanco y negro por la cineasta y fotógrafa, logra distanciarse de los escenarios convencionales quitando el color y resguardando la imagen de las protagonistas dentro de su trayecto por Francia y Portugal. Es un trabajo donde se expone el pensamiento femenino que se sale de la convencionalidad, irrumpiendo en el derecho de ejercer la libertad sexual, en un mundo dominado por la visión masculina.
La violación es una cinta muy recomendable para mentes abiertas estrenada en el Festival Internacional de Cine Grolandais de Toulouse en 2017.
Actualmente en Cineteca Nacional.