por Montserrat Pérez Bonfil
[av_dropcap1]D[/av_dropcap1]urante el mes de mayo, la Cineteca Nacional presenta un ciclo con “El cine alucinante de Jan Švankmajer”. Si eres rarito (como yo) y te encanta todo lo que tenga que ver con animación, sobre todo si es en stop-motion, entonces Švankmajer te va a deslumbrar.
Pero, primero que nada, deja te cuento un poco de este cineasta que hoy cuenta con 83 años y sigue inventando mundos como sólo él ha podido hacerlo desde principios de 1960.
Nacido en la ciudad de Praga en 1934, estudió artes performáticas, dirección y diseño escénico para títeres. Participó en distintas puestas en escena en el famoso Teatro La Linterna Mágica donde pudo experimentar con algunos procedimientos fílmicos y, aunque nunca estudió cine, hizo su primera película en 1964. Parece que el cine se le metió en la piel porque 54 años después, no para y este año estrenó su nueva película Insect (República Checa, Eslovaquia, 2018).
Sin embargo, la creatividad de Švankmajer se escurre más allá de los marcos del cine: es artista visual, escultor, titiritero, actor, escritor, poeta y guionista. Siempre bajo un estilo surrealista, su exploración visual consiste principalmente en la poética del tacto. Irreverente sin límites, el trabajo de Švankmajer se encuentra inhundado de humor negro y crítica puntual, mostrando un intelecto poderoso y bien cimentado que se conjunta con una sensibilidad extraordinaria.
Como los alquimistas de la antigüedad, en mi trabajo creativo, me mantengo destilando el agua de las experiencias de mi infancia, obsesiones, idiosincrasias y ansiedades para que pueda surgir “el agua dura” del entendimiento necesario para la transmutación de la vida.
(J.Š. Transmutation of the Senses)
Quizá su cinta más famosa es su versión surrealista de Alicia en el país de las maravillas, Neco z Alenky (Alice, Checoslovaquia, Suiza, Reino Unido y Alemania del Este, 1988) en la que nos muestra las aventuras de Alicia, mezclando actores vivos con una amplia muestra de animación en stop-motion con muñecas, animales disecados, calcetines, ojos de vidrio, utensilios, carne cruda y otras cosas rarísimas. Muy alejada de la versión creada por Disney, esta interpretación de la historia de Lewis Carroll, según el director checo, está hecha para niños.
Otra de sus cintas más citadas es Faust (1994) adaptación libre de la leyenda fáustica que conjunta las versiones de Marlowe y Goethe. Por su parte, Lunacy (Silení, 2005), muestra los alcances de las irreverencias de Švankmajer al retratar orgías en iglesias y otras blasfemias que tienen como hilo narrativo al Marqués de Sade y otros horrores basados en Edgar Allan Poe.
Además de los largometrajes ya mencionados, podemos citar Little Otik (2000), Surviving Life (2010) e Insects (2018) y su prolífica producción de cortometrajes de los que en 2003 se lanzó una compilación muy completa.
Aquí te dejamos una probadita del alucinante Jan Švankmajer, pero si quieres deleitarte por completo, asiste a ver sus películas a la Cineteca, queda poco tiempo.
Švankmajer ha influenciado a otros artistas como Tim Burton, Zabka, PES, Terry Gilliam y Los Hermanos Quay.